Una fresca brisa le acariciaba el rostro húmedo de
sudor, sentía las piernas entumecidas de frío, sus manos yacían
bajo tierra. Cerca, el sonido de una cascada retumbaba cada vez con
más fuerza, mientras se iba despertando, en sus oídos. La camisa,
hecha jirones y sucia, descansaba de cualquier forma sobre su cuerpo,
sus pantalones se pegaban a sus piernas. Su cuerpo, todo él,
tiritaba.
Cuando abrió los ojos por completo, no vio más que un
bosque en blanco y negro. El agua de la cascada formaba un lago
inmenso, y la mitad de su cuerpo estaba sumergido en él.
―¿Dónde...
estoy? ―se preguntó a sí mismo. Tenía la voz pastosa, como si
hubiese dormido durante muchísimo tiempo.
Y
a pesar de que en aquel extraño lugar no encontraba ni una sola mota
de color, aquello no fue lo que le sorprendió. En el centro del lago
vislumbró el cuerpo de una mujer. Parecía como si flotase sobre el
agua, y su cuerpo resplandecía levemente de un tono blanquecino. La
mujer llevaba una finísima tela enrollada alrededor de su cuerpo a
modo de ropa, que no cubría del todo sus bellas y delicadas formas.
Su pelo, oscuro como el cielo que había sobre ellos, se balanceaba
tras su espalda con el movimiento de la brisa.
El
hombre no se sintió asombrado y menos aterrorizado, pues se sentía
como si todo su cuerpo estuviera sumergido en agua. Su cerebro no
funcionaba como debía funcionar, pues si realmente funcionase,
habría echado a correr como un poseído tan solo de ver a aquella
extraña mujer que flotaba sobre el agua. Sin embargo, no marchó,
pues se sentía extrañamente unido a esa mujer como con un lazo, y
que si él marchase y el lazo se rompiera, también lo haría su
propia existencia.
―¿Dónde
estoy? ―repitió él, esta vez más fuerte para que la mujer lo
pudiese escuchar.
―Estar...
¿acaso estás en algún lugar? Estás pero no estás, ¿vives? Este
es el mundo del todo y de la nada, donde todo se forma y todo se
destruye. ¿A qué has venido, que me has despertado de mi sueño
eterno? ¿Creas o destruyes? ¿Vives o mueres? ¿Acaso entiendes el
verdadero sentido de tu existencia? ―le preguntó a su vez la
mujer. Tenía una voz demasiado grave para venir de un cuerpo tan
pequeño.
El
hombre no supo cómo contestar a las preguntas, pues ni siquiera
sabía cómo había llegado allí.
―El
mundo, la vida, la luz, la oscuridad... todo es efímero. Al final
todo es nada. Tu cuerpo será cenizas, esas cenizas acabarán en
nada. Nada es todo. Todo es nada. Yo soy nada, y a la vez soy todo,
yo otorgo la vida y la muerte. ¿Qué has venido a recibir?
El
hombre vio como la mujer se acercaba a él. Sus pasos eran tan
delicados que parecía estar volando. Se dio cuenta que lo que tenía
enfrente era lo más bello que había visto en toda su vida.
Ella
llegó hasta él. El hombre se fijó en que bajo la tela de su
vestido se entreveían las formas de sus pechos, pero no tenían
pezones. Y a pesar de su figura femenina, parecía ser un ser
asexual.
―¿Vida
o muerte? ―le susurró el ser en el oído.
Y
entonces recordó. Su casa. Su familia. El cuchillo. Su mujer, en el
suelo, sobre un charco de su propia sangre. Sus hijos, temblando de
miedo, esperando su destino. Él empuñaba el cuchillo. Él mató a
su mujer. Él mató a sus propios hijos. Él mismo se clavó el
cuchillo en el estómago. Él mismo era el esperaba a su destino en
la cama del hospital. Pi. Pi. Pi. Pi. Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
―Muerte.
―Y aquella palabra, pronunciada por los labios de aquel extraño
ser, fue lo último que escuchó el hombre.
Hola :). Un texto muy bueno y escrito de una forma muy cautivadora. Me ha gustado leerlo, y espero leer más textos tuyos así como estos.
ResponderEliminarEl final es desgarrador pero genial.
Un beso.
¡Hola, guapa!
EliminarMe hace muy feliz que te haya gustado. Siempre es una agradable sorpresa que reconozcan tu trabajo :)
Traeré más relatos como este para ti :D
¡Besitos!
Madre mía, qué bueno el relato. En serio, es buenísimo, me ha sorprendido mucho y me ha fascinado, es algo completamente original, tenebroso y de lo más misterioso.
ResponderEliminarMuy bueno, no pares de escribir :)
¡Un beso!
¡Wooooooo! 🙈
Eliminar¡Muchísimas gracias, de verdad! Me has hecho súuuuper feliz^^ Me alegra que te haya gustado tanto, y por supuesto, no dejaré de escribir :D
¡Un besazo enorme!